El cacao: bien de intercambio y moneda en el período colonial
(Adaptado del texto de Manuel Chacón, 2006. En: San José, Fundación Museos del Banco Central. Disponible en: http://www.museosdelbancocentral.org/esp/cacao-ymoneda-en-costa-rica.html., accesado el 28 de septiembre de 2012)
La característica de todo el período colonial, y aun en los primeros años posteriores a la independencia de Costa Rica, fue la escasez de moneda, ya que no teníamos casas de acuñación, por lo que la poca que circulaba ingresaba como producto de las exportaciones y del pago de los funcionarios civiles de la Corona Española y de los de la Iglesia. Por esta razón, ambos sistemas, el intercambio y el uso de moneda metálica para las transacciones, coexistieron durante todo el período.
En algunos momentos del período colonial, ante la escasez de moneda, el cacao sirvió como medio de cambio para obtener distintos productos, al punto de que se oficializó como moneda en 1709, cuando el gobernador, Lorenzo Antonio de Granda y Balbín, declaró las pepitas de cacao como medio oficial y aceptable para el intercambio comercial en todas las circunstancias.
Con ello, se estableció un sistema monetario paralelo al de la moneda metálica, aunque guardando una relación directa entre ellos. Así, un real - unidad base del sistema monetario español acuñado en plata - equivalía a dos reales de cacao, o sea, a ciento sesenta semillas.
Si bien el cacao fue prohibido como moneda a finales del siglo XVIII, su uso para el trueque continuó aún durante gran parte del siglo XIX, dada su importancia alimenticia y comercial.
La monetización de la economía costarricense, acelerada por el desarrollo del café y el consiguiente auge económico a partir de la década de 1830, llevó cada vez más al uso de la moneda como medio de cambio, en un contexto caracterizado por un desarrollo importante del mercado interno y el aumento del trabajo asalariado.
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